La aparición, o
desaparición, de especies en el planeta azul, tras haber habido cinco
anteriores a la actual, es innata y genética, según qué época – Alfonso Campuzano
Existe una necesidad imperiosa por
convencer a la UE de que ciertas especies en peligro de extinción deben pasar a
un régimen diferente al actual. Ya pasó la época, y debe adaptarse, ya que bajo
el paraguas del proteccionismo existe un descontrol muy bien controlado. Quien
quiera animales salvajes tiene la libertad de convivir con ellos, pero sin
obligar y, menos aún, imponer. Y, caso contrario, pueden llevárselos a sus
tierras.
Lo que la Naturaleza enseña es que
cualquier especie, ya sea terrestre, acuática, aérea, lucha por
sobrevivir, incluida la humana, reclamando continuamente su territorio, a fin
de modificarlo, reciclando lo que consumen, mediante su metabolismo, por lo que
la armonía, entre ellas, no debe recorrer caminos demagógicos.
Todavía los defensores de especies
en peligro de extinción se niegan a analizar, un decir, y a desmenuzar, los
entresijos de la selección natural, por la que unas aparecen, mientras que
otras desaparecen, suceso innato, gracias a su genética, sin más, después de
haber habido, que se sepa, cinco anteriores. La regeneración de las mismas
existe, pero nunca a gusto de todos, porque siguen leyes naturales, cuando sea
la época.
El desasosiego de la sociedad, que
tantos años dura, se debe a intereses ocultos, que llenan faltriqueras, mediante
el patrocinio cinematográfico, ya sean fotos o películas simpáticas, incluso impactantes, que remuevan sentimientos, manipulando
los reportajes de adaptación de los animales salvajes, con la intención de
concienciar hacia la empatía y humanización animal.
Gesto humano de un animal irracional conseguido mediante amaestramiento, otra forma de maltrato
Algunos ya lo llaman troquelar, una
forma de maltrato, antes y después, de muy diversas formas, incluso crueles,
con la pretensión de que hagan lo que se quiere que se vea, como si fuera algo
natural, que no lo es; que no ha podido ser captado, incluso en cautividad; que
no lo parezca, porque de otra manera difícilmente se conseguiría. Lo mismo que
amaestrar, intentando que realicen gestos humanos, a la vez que se intenta
conocer las consecuencias, modificar la heterogeneidad de los territorios,
programar la subsistencia.
Oso polar con aspecto caquéctico, en fase terminal, probablemente debido a una enfermedad tumoral
Se debe entender, sin que las
palabras sean tergiversadas, que si se observa la caza, llamada furtiva, es que
la propia sociedad humana trata de defenderse ante un peligro evidente que la
autoridad del momento no ha sabido entenderlo y, sobre todo, no ha tomado las
medidas necesarias.
Existe
un nexo colosal individuo-canino, considerando a las mascotas como si fueran
humanos. Incluso se ha llegado a hablar de dignidad animal, momento en que la
pregunta que surge en cualquier mente racional es si quien lo manifiesta sabe
lo que significa.
ALFONSO CAMPUZANO
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