Desde el mismísimo período interglaciar que
nos encontramos se puede decir que el cambio climático ha existido desde
siempre y nunca ha afectado, ni afectará, por igual a todos los rincones de
esta Tierra - Alfonso Campuzano
El cambio climático no es algo inédito, sino que es, como mucho, atípico y
ha existido desde siempre, aunque no se haya constatado tal y como ahora, cada
día, lo exponen expertos, de manera machacante, gracias al disfrute de una
tecnología llamada punta, cada vez que se oye el sonido de campana de la moda.
Es verdad que la responsabilidad dice que hay que cuidar continuamente a
este planeta, no tenemos otro, pero sin llegar a plantear la figura obsesiva
como se pretende. Lo que tenga que venir vendrá, a pesar de los pesares, pero
traer por traer algo sobre lo que no sabe el alcance que tendrá en el futuro,
es como jugar a la lotería. Estamos, quieran o no reconocer los versados en
esta materia, en un período interglaciar más o menos mini.
La superficie de la Tierra nunca ha sido tal y como hoy se conoce sino que,
gracias a sucesivos cambios climáticos habidos desde el principio de los
tiempos, se ha ido transformado hasta alcanzar la configuración actual, de tal
manera que ciertos territorios han emergido a la vez que otros se han ido
sumergiendo, no siempre de manera sistemática ni simétrica, ni siquiera
uniforme, como tampoco ocurre con el clima, sino que, desde el punto de vista
humano, es como si se siguiera una especie de ley anárquica, lo que no es
cierto, sino que gracias a leyes naturales desconocidas aparecen y desaparecen
ríos, mares, valles, lagos, montañas, desiertos, etcétera, lo que no debiera
resultar extraño.
Todo aquello que se dice insistentemente que se está deshelando se volverá
a helar, pese a que algunos teóricos no lo vean así. Por supuesto que a todos
los rincones de la Tierra no les afecta ni les afectará por igual, a unos más y
a otros menos. Y, sin negar su evidencia, las glaciaciones globales, que se
sepa, han durado más años que los calentamientos globales. Las primeras han
dejado constancia y no han avisado, mientras que las segundas, pese a haber
avisado, han sido comparablemente más efímeras.
El famoso aumento continuo del nivel del mar, en
centímetros, como dicen, a causa del deshielo de las regiones polares ártica y
antártica, bien pudiera ocurrir en ciertos territorios, ¿por qué no?, mientras
que en otros está ocurriendo lo contrario. Sin embargo, parece como que los
índices de medición deben ser algo esotéricos, porque en los últimos sesenta
años, recorriendo playas de diferentes puntos del planeta, no se observa que
hayan desaparecido, sino que las orillas de antaño han dejado sus marcas tierra
adentro como si el mar se hubiera retirado: todo lo contrario de lo que se nos
quiere hacer creer.
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