Predecir la evolución del clima es intentar bailar una pieza de la cual se desconocen sus pasos – Alfonso Campuzano
Todo, absolutamente
todo, lo que ocurre en la vida es hipotético, nada es predecible, hasta que
transcurre. Desde hace unos años a esta parte estamos asistiendo a una carrera
desenfrenada a ver quién es el que más datos aporta, intentando acertar en la
predicción del cambio climático atípico que nos está tocando vivir, de manera
que los
ritmos que se marcan los científicos calentólogos, que no enfriólogos, son los
mismos que cuando se intenta bailar cualquier danza de la que se
desconocen sus pasos.
En la actualidad, como si de hongos se tratara, y buscando el minuto de
protagonismo, parece ser que existen más de cuatrocientas organizaciones
integradas en una especie de Alianza por el Clima, ante lo que uno se pregunta:
¿quién es capaz de asegurar un clima ideal, y perfecto, dentro de la
inmensa diversidad de microclimas existentes, según la región climática en que
se viva?
Los registros de la
concentración de dióxido de carbono (CO2), en los últimos cincuenta y cinco
años, es cierto que han aumentado, pero sin poder disponer y trabajar con
modelos fiables anteriores, nada ni nadie puede predecir que las ocurrencias
actuales sobre la evolución climática van a materializarse en un continuo
ascenso progresivo, en un futuro más o menos próximo, y que este aumento sea
pernicioso.
La Tierra, aunque no se aprecie tangiblemente, cuando lo considera
oportuno, se defiende cambiando de paisaje, quiérase o no, es más, sabe lo que
hace, y ahora, en esta época, toca esto que angustiosamente están viviendo
ciertas personas. Además, los agoreros se olvidan de que el planeta azul siempre ha
tenido, para todo, dispositivos naturales de rectificación como, por ejemplo,
el dinamismo de los océanos glaciares, tanto Ártico como Antártico, tan desiguales,
aunque complementarios porque, mientras el primero se deshiela el segundo gana
zonas heladas, algo que cuesta codificarlo, incluso decirlo. Entonces, ¿éste es
el cambio climático?
Quienes tratan de criminalizar vilmente la mano del hombre siendo, como es,
tan sólo uno de los múltiples factores que se conocen, no deben olvidar que
cualquier cambio climático atípico puede deberse a causas exógenas más que
endógenas y que todas aquellas personas preocupadas por el futuro climático es
posible que estén calvos en dichas fechas.
El futuro no existe sin el aquí y el ahora. Si nadie se atreve a avanzar qué ocurrirá, salvo los filósofos/adivinos de feria. Entonces, ¿cómo se atreven a consensuar ciertos investigadores del clima que va a pasar esto o lo otro cuando, a diario, meteorólogos de prestigio fracasan en sus pronósticos?
El futuro no existe sin el aquí y el ahora. Si nadie se atreve a avanzar qué ocurrirá, salvo los filósofos/adivinos de feria. Entonces, ¿cómo se atreven a consensuar ciertos investigadores del clima que va a pasar esto o lo otro cuando, a diario, meteorólogos de prestigio fracasan en sus pronósticos?
Otro de los muchos factores que favorecen cualquier cambio climático, y que se ignora/reniega, son las guerras que se eternizan. ¿Alguien se
cree que las guerras que asolan el planeta Tierra no emiten gases perniciosos y
provocadores de un cambio climático atípico? ¿Por qué este protagonismo de
países primermundistas continúan sin plantearse la reducción de enfermedades,
guerras, hambruna, pobreza, en países tercermundistas, quienes apenas pueden
aportar ideas, porque el problema, no es que lo vean lejano, es que para ellos
es inexistente? Los más desproporcionados recursos naturales vienen dados por
el aumento asimétrico de seres humanos, siete mil millones, sin contar con otras
especies, tanto animal como vegetal.
Quien piense que por reunirse ciento noventa y seis países van a conseguir cambiar el clima
de un planeta que tiene sus leyes, que actúa según su propia naturaleza, sin
dejar que le coaccionen, van listos, pura utopía que suena bien y aplaca
problemas de conciencia, pero nada más.
Sigue a @AIf0ns0
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