martes, 29 de junio de 2021

EN BUSCA DE COMBUSTIBLE

La ocurrencia de reciclar y renovar energía, manejada por gestores incompetentes, tiene un coste muy elevado para la sociedad – Alfonso Campuzano


Ante una posible, aunque improbable, emergencia climática anunciada a principios de los años noventa del siglo pasado para los primerísimos años del siglo presente ha sido tal fiasco que, los interesados inmediatamente han anunciado lo mismo, pero para dentro de otros treinta años olvidándose que los seres vivos disfrutamos actualmente de una época interglaciar, y sin un plan de trabajo serio. De nada sirve ponerse a trabajar si no se sabe la causa real, que evidentemente son muchas más que las imaginadas.

Existiendo, como existen, más causas que las que se pueden comentar, achacar, como se achaca al CO2 léase anhídrido carbónico o bióxido de carbono o dióxido de carbono es una frivolidad, porque sin él la cadena de la vida de la nave espacial planetaria peligra irremisiblemente hacia la inexistencia. Los políticos aún no se han enterado de que al respirar exhala CO2, y así siete mil ochocientos y pico millones de humanos, sin contar a los animales. Y las plantas, durante la noche, también exhalan.

¿Quién ha impuesto comprar los derechos de emisión del CO2? Lo peor no es quién lo impuso, sino quién lo aceptó, y sin contar con los contribuyentes que pagan todas las multas, ocurrencias, vicios. Entre trastornados anda el juego. ¿En qué libro de entradas están anotados, un decir, los 800 millones de euros pagados por los contribuyentes españoles desde 2008, y en qué se han empleado? Porque no es un regalo al clima ni se ha hecho un referéndum para donarlos.

Lo fácil es echar la culpa a la actividad humana cuando existen otros factores como la actividad solar, la actividad volcánica, la trayectoria terrestre, etcétera que tienen un valor importantísimo.

Tanto la ecología como la climatología, muy extremistas, está en la honda del buenismo, pelelismo, populismo, que se muestra hostil con los empresarios, con el librecambismo, muy propio del acratismo.

El caso es influir en el miedo colectivo, como una parte de la manipulación social, para hacer creer en lo que no se ve con vistas a quién sabe qué experimentos más complicados que los vividos actualmente, de manera que, la ansiedad contagiada por simpatía y la globalización, hagan que se expanda como una mecha encendida haciendo uso mayúsculo del verbo prohibir con noticias que hacen bandera del negacionismo constante y mantenido.

Desde hace varios años se percibe una incongruencia flagrante ante el intento de cambiar la elección de combustible para el transporte vial, que no aéreo ni marítimo. La moda del combustible fósil está llegando a niveles de casi proscripción porque así lo han decidido ciertos grupos de presión y multinacionales, pero las nuevas tecnología se fundamentan en utilizar materias contaminantes. El combustible que confecciona y suministra los instrumentos y conexiones de los consumidores que atemperan los discos duros y que navegan por las redes informáticas propalan rastros de CO2.

La época de la electricidad que mueva vehículos terrestres está de camino en busca de la fuente de almacenamiento y alimentación que fabrique baterías eléctricas de ión de litio además de emplearse en psiquiatría, en forma de sales, como tratamiento de la psicosis maniaco-depresiva, elemento metálico muy escaso en la naturaleza.

La extracción de este metal origina un gran impacto ambiental. Por ahora, las baterías de litio son muy contaminantes y su traslado es considerado una mercancía peligrosa por ser inflamable y explosiva. Su almacenamiento es complejo, porque requiere equipo pesado. La reutilización y reciclaje resulta inservible. Las reservas mineras mundiales no son como para tirar cohetes, porque la media está en unos veinte años.

Mucho vehículo terrestre eléctrico para tan poca batería de litio. Y después ¿qué? Bucle.


ALFONSO CAMPUZANO

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viernes, 18 de junio de 2021

DESCARBONIZANDO EL PLANETA

Así como cada época tiene su moda, impuesta por la publicidad, también el tipo de clima y de la alimentación necesitan de propaganda – Alfonso Campuzano


Cerca de 41.000 científicos prudentes, entre ellos, 9.000 doctores, se consideran incrédulos ante el llamado calentamiento global el enésimo desde que se tiene conocimiento, porque es un timo. Que se sepa, la ciencia goza de polémica y desacuerdos para poder avanzar, por tanto, el clima también, ya que si gozara de alianza y beneplácito se trataría de política.

El que más, el que menos, sabe de qué va el cambio climático, el calentamiento global, la emergencia climática, pero lo que todo el mundo desconoce, incluso los científicos más avezados, es que nadie sabe cómo empezar a mitigar esta época, porque no hay una causa, sino miles, y todas hay que torearlas, con el agravante de que, no interesan a defensores radicales, y no producen tantos beneficios como culpabilizar al CO2.

La emergencia climática es un discurso político más que un discurso científico y una especulación, un pensamiento de algunas personas, que no reflejan el pensamiento científico general, según Bjorn Stevens, de manera que preocupa y, sobre todo, disgusta a los especuladores porque reduce el uso de combustibles como carbón, electricidad, gas, leña; además de que la ropa necesaria es más liviana; las costumbres se modifican y ciertas enfermedades desaparecen, como la gripe estacional.

El inventor de la descarbonización urgente tiene instintos criminales, ignora que los seres vivos dependen del equilibrio que exista entre unos y otros, todo lo contrario a lo que aspiran los ecólogos en su afán descontrolador. Descarbonizar significa quemar, pues el carbono está presente en toda estructura viva. La nave espacial planetaria sabe defenderse de aquello que le aprieta, necesita estar carbonizada para que no se rompa la cadena de la vida lo ha hecho desde hace 4.500 millones de años, y lo seguirá haciendo otros tantos, aunque parezca que se olvida, de manera que, lo que tiene que hacer el ser humano, cuando el territorio que habita se hace inhóspito, es cambiar de parroquia, adaptarse circunstancialmente para sobrevivir, sin esperar ayuda ni que la evolución retroceda, porque más bien acelerará.

De ahí que, para salvar el pellejo, sea más fácil meter miedo, culpabilizando a la raza humana error mayúsculo, porque ya hubo épocas anteriores similares a ésta, y sin tanta tecnología. Lo mismo que hay territorios parecidos a la cordillera Himalaya, al Gran Cañón, incluso Petra que estuvieron bajo las aguas, es lógico pensar que presagien otros territorios que no tienen más remedio que sumergirse a costa de emerger otros, porque se trata de un bucle viviente.

Los terremotos y maremotos sirven para que la nave planetaria azul, en su viaje espacial, mediante los movimientos de rotación y traslación, equilibre en todo momento su masa sólida y acuosa. Un factor importante que permanece adormecido en sus últimos ciclos con disminución del campo magnético, con tormentas solares, es el influjo del astro Sol, gracias al cual la vida existe.

La fascinación atmosférica intensa que ejercen los ciclones, los desbordamientos, las tormentas de lluvia y nieve, las sequías, han existido desde que el ser humano tomó conciencia al observar su entorno, y actúan en consecuencia. Los entendidos llaman meandros a los flujos o chorros intensos, ya sean de calor o de frío, como defensa del planeta ante el cambio climático inestable.

Las infraestructuras españolas construidas entre los años ochenta y noventa muestran, y demuestran, que hubo corrupción al ver cómo actualmente el agua desbordada inunda calles, viviendas, garajes, bodegas, carreteras, autopistas, que nunca debieron estar donde están, acarreando pérdida de enseres, incluso vidas. Las autoridades deberían plantearse que las infraestructuras cercanas a las costas deben ser eliminadas. El suelo barato ha resultado caro.

Hay ecolólogos protagonistas tan radicales y tan sectarios, que ejercitan propuestas despilfarradoras, intentan imponer sus ocurrencias, y las contrarias, para equilibrar su pensamiento, y no confundirse, a la vez que obstaculizan otras opciones. Toda prohibición ha de ser recusada rigurosamente.

Se necesita una interpretación sensata, ya que lo verde procede de lo marrón, y viceversa. Lo limpio se sustenta sobre el reciclado de lo sucio. Lo no contaminante necesita de lo contaminante para ejercer, y bucle. No sirve de nada advertir sin fundamentos, porque los científicos son lo que son, pero no adivinos, que el planeta azul va a seguir los parámetros que dictan, siempre en la eterna duda. Lo que hay que hacer es poner en marcha todos los experimentos que ayuden a modificar los resultados que creen que se avecinan, pero no está nada claro que acierten.

Cerca de trece millones de euros reciben las organizaciones ecologistas, en subvenciones gubernamentales pagadas por los contribuyentes, además de los casi 3 millones de euros, donados privadamente, para cerca de treinta y cuatro mil personas con fiscalidad opaca. Cuando hablan, ¿en nombre de quién lo hacen?


ALFONSO CAMPUZANO

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