Intentar salvar a especies
animales o vegetales, de su posible riesgo de extinción es un error de la
especie humana, porque la Naturaleza, mucho más inteligente, dota de genes de
supervivencia a quien corresponda -
Alfonso Campuzano
El
control férreo, cuando no se ejerce consecuentemente, termina descontrolado
porque desconoce, tanto los límites legales como las líneas rojas, sobre todo
en administraciones, lentas en su odiosa burocracia, que se muestran apáticas a
más no poder, en tanto que las explotaciones agrícolas y ganaderas están
en la linde de la quiebra, pese a las indemnizaciones.
Convencer
a la UE de que ciertas especies animales, la mayor parte son alimañas, en
peligro de extinción deben pasar de un régimen de proteccionismo a otro
diferente no es difícil, sino casi imposible. Ya pasó la época y debe
adaptarse, ya que se ha descontrolado muy bien controlada.
Si en
la UE, donde hay gente con para todo, incluso iluminados del temor, quieren alimañas
que las críen y convivan con ellas, que se las lleven a sus tierras, pero sin
obligar e imponer. Porque las alimañas, aunque se protejan con dinero de los
contribuyentes, jamás dejaran de ser alimañas.
Hasta las
indemnizaciones, pagadas también con dinero de los contribuyentes, mediante
subvenciones públicas a fundaciones privadas, a las que se debería controlar
férreamente, no son suficientes para resarcir los cerca de cinco mil ataques
anuales que las manadas de lobos infringen a la ganadería.
Tanto intento
no conseguido de control, quizá por desidia o por ignorancia, ha constituido un
problema que ha dado lugar a un descontrol en seguridad, incluso vial, y en
sanidad, que ocasionan desperfectos ciertas especies de animales silvestres como son la cabra montesa, el cerdo salvaje, el ciervo, el jabalí, el
oso, el zorro,… a especies vegetales, transmitiendo enfermedades, provocando
accidentes, incluso mortales.
Se debe
entender, sin que se tergiversen estas palabras, que si se observa caza llamada
furtiva es que la sociedad humana, estando hasta más arriba de las cejas, trata
de defender sus propiedades ante un peligro que la autoridad competente no ha
sabido o no ha querido entenderlo así, y no ha tomado las medidas adecuadas en
el momento adecuado.
Con lo
difícil y costoso que resulta recuperar especies en peligro de extinción
convendría revisar dichas subvenciones y transformarlas en ayudas a la
población humana, además de custodiar empresas agrarias y granjeras de la
agresión de dichas bestias.
Lo que
la Naturaleza enseña es que cualquier especie terrestre o acuática lucha por
sobrevivir, incluida la humana, devorando a otros seres de otras especies,
mientras reclama continuamente su territorio, a fin de modificarlo.
Los
animales en peligro de extinción, quiérase o no, deben estar firmemente controlados
en parques naturales, más o menos extensos y no, como están actualmente, desperdigados
y a su libre albedrío, según la autoridad competente del momento.
Cada
época desarrolla un tipo de especies, ya sean vegetales o bien animales, sin
olvidar que las especies animales representan una utilidad, que no tiene
derechos como no tiene obligaciones.