martes, 13 de octubre de 2020

GOLPE DE ESTADO GEOPLANETARIO

 En Política los hechos se materializan a cámara lenta para que no se advierta quién es el protagonista – Alfonso Campuzano


Paulatinamente, y día a día, siguiendo las cuasi órdenes proferidas por el Director General de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), Tedros Adhanom Ghebreyesus, desde la última  semana del mes de diciembre de 2019, lanzaba unas afirmaciones increíbles que iban entrando con calzador y cachaza en las mentes de gobernantes y gobernados.

¿En pleno siglo XXI, y con la flor y nata de la tecnología punta, es posible que ocurra una pandemia? Nadie podía pensar que pudiera ocurrir semejante anuncio. El planeta no estaba en el Época del Medievo, al menos, no todo. Pues sí, estaba iniciándose.

Sin embargo, los gobiernos han claudicado ante un bicho invisible, viniéndoles como anillo al dedo al darles la oportunidad de poder ejercer dictatorialmente en unos países más que en otros, al menos así, en grado sumo, se vive en España, que aprovechando una emergencia sanitaria están desempeñando una nefasta gestión administrativa con decisiones equivocadas, tanto que afectan a derechos fundamentales individuales, que tanta sangre ha costado a través de los siglos, para despertar con una dictadura ultraizquierdista calcada de Cuba, Venezuela, China, Corea del Norte, etcétera.

Un gobierno socialcomunista la peor coalición que se pueda dar en el terreno político, al menos en el español, que no ha dudado en ampliar la hiperansiedad mediática de los ciudadanos, a cualquier hora del día, lo que conlleva a establecer prioridades políticas por delante de las sanitarias, entre ellas, médicas, sobresaliendo dejación de funciones habituales en procedimientos médicos y quirúrgicos por sobreactuación en lo desconocido, que han dado lugar a funciones inesperadas.

Desde que, a la luz del día sin despeinarse, se admite que las estadísticas sobre cualquier proceso, ya sean resultados de encuestas o resultados electorales, pueden ser manipuladas mediante algoritmos del ciberespacio, la sociedad española vive en ese universo paralelo, tal como pronosticó el socialista Alfonso Guerra.

Si el gobierno confina vocablo militar a todo el mundo, enfermos y sanos, en lugar de aislar vocablo médico únicamente a los enfermos, difícilmente la economía puede resistir, con lo que el hambre y la miseria se dibujan en el horizonte.

El gobierno que se ha reído de los gobernados al asegurar que había nombrado un plantel de expertólogos sanitarios inexistente, mientras el cerebro sin tener codificada la utilización continua de mascarilla en el desarrollo de la vida diaria, impide que se desarrollen adecuadamente los cinco sentidos.

Todo ello, en un abanico de gobiernos terrícolas que han obedecido al unísono las órdenes recibidas sobre el coronavirus SARS-CoV-2. Para colmo, ha sido la propia O.M.S. quien ha anunciado que el objetivo no es encontrar la vacuna aunque se encuentre, sino acelerar la reorganización de la sociedad hacia la cogobernanza planetaria. 

No hace falta escuchar palabras extranjeras, sino que el ministro espectral de Universidades, Manuel Castells, albaceteño independentista, ya ha hecho suyas anunciando que el orden mundial actual va a ser subvertido por otro nuevo.

Así que, la pandemia era una plandemia orquestada desde donde se ha podido para hacer colapsar al planeta azul.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

viernes, 2 de octubre de 2020

MASCARADA CON MASCARILLA

Las armas defensivas utilizadas, cuando se desconoce la talla del enemigo, son desconcertantes – Alfonso Campuzano 


Cualquier persona con una mascarilla aparece enmascarada, siguiendo la técnica escénica tradicional griega. Y, a partir de ahí, la mascarilla fue propuesta, como parte de la vestimenta quirúrgica, a finales del siglo XIX mejorando su textura a medida que ha pasado el tiempo como asepsia y antisepsia en favor y defensa de la persona indefensa y anestesiada en el quirófano cuando el cirujano invade su interior tratando de recomponer alguna pieza de su organismo.

La mascarilla en esta zona hospitalaria, casi estéril la esterilidad absoluta no existe, es de obligado cumplimiento para que las intervenciones quirúrgicas resulten exitosas y sin que den lugar a temibles infecciones postoperatorias.

Factores añadidos son la temperatura ideal en el quirófano, mediante aire acondicionado a 18° otra cosa es que se cumpla, para que los gérmenes no pululen, y con el paciente abrigado mediante una manta eléctrica a temperatura habitual de su cuerpo.

Otro dato importante es que, salvo la enfermera y auxiliar circulantes, en el quirófano apenas se mueve el personal en un espacio de menos de un metro cuadrado.

Los virus existen a la par que la vida se desarrolla en este planeta azul ni buenos ni malos, puesto que la carga viral es letal cuando las defensas inmunológicas de los seres vivos son deficientes o ni siquiera existen.

Si el tamaño de los virus varía entre 10 y 100 nanómetros y un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro, se puede colegir que para conseguir su visión nada fácil, será susceptible de utilizar el microscopio electrónico.

Si el tamaño de los poros de las mascarillas varía entre 0,02 y 2 micras y una micra es la milésima parte de un metro, se puede concluir que todos los virus traspasan las mascarillas, sí o sí, en razón de sus respectivos tamaños.

Por tanto, no se debe olvidar que lo fundamental, aparte de la esterilidad en zona quirúrgica, es que el sistema inmunológico de la persona anestesiada esté en perfectas condiciones.

La mascarilla, fuera del quirófano, apenas sirve o muy poco la eficacia absoluta no existe, pues es ineficaz parcialmente, porque continúa siendo una defensa fundamental en las distancias cortas, porque para eso, en las largas, ya está el aire libre de la ciudad o de cualquier otro lugar como un pueblo, la montaña, la playa.

La mascarilla puede ser recomendable sanitariamente, nunca jamás impuesta bajo la amenaza de represión, sobre todo al aire libre, y si hay distancia suficiente cuando se aconseja ventilar las casas que entre aire fresco, mientras que en zonas abiertas obligan a utilizar la mascarilla ¿incongruencia político-sanitaria? Incongruencias de libro, las justas, que logren desnudar a los políticos.

No hay que engañar ni ser autoengañados. El contagio es la vía natural hacia la inmunización, mientras no haya vacuna que tardará, pese a los pitonisos manipuladores con noticias halagüeñas.

Parece ser que el aire acondicionado de los hospitales españoles debe de ser muy obsoleto cuando el contagio actual del coronavirus SARS-CoV-2 supone el 8,8%, mientras que en el transporte público es del 1%.

En siglos pretéritos, sin tanta tecnología como la actual, y por sentido común, las autoridades aislaban a las personas contagiadas, única y exclusivamente, lejos de la vida social, nunca jamás a personas sanas, aunque fuesen portadores, porque cuando la Política manda sobre la Sanidad ocurre lo que está ocurriendo actualmente, intentando cambiar un régimen democrático/partitocrático a uno totalitario.

Utilizar la mascarada de la mascarilla, como pretexto político durante una emergencia sanitaria proclamando un estado de excepción, nunca puede salir bien en este, cada día más claro, golpe de Estado planetario.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0