La influencia humana, sin
olvidar a las restantes especies, sin poder ser de otra manera, es notoria en
el calentamiento planetario – Alfonso Campuzano
Cada día, y con mayor frecuencia, los medios de comunicación social tratan de
hacer ver a la sociedad que la influencia del clima por la especie humana es un
hecho vergonzoso y reprobable, cuando lo que está ocurriendo es parte de un
bucle que ha existido desde siempre, quizá ahora sea visible con mayor
magnitud, gracias a que la consciencia aparece en el momento que nace la
tecnología, y todo se mide. La influencia humana, para bien o para mal, es
inherente al cambio climático, atípico o no.
Siempre está bien hacer algo, pero que nadie crea que la
intervención humana va a hacer variar el destino que
tiene programado la naturaleza terrestre. No obstante, como bien es
cierto que todo se puede mejorar, regular, reformar, sin necesidad de amedrentar
con frases lapidarias que demuestran una ignorancia supina al transmitir un
tremendo error, a fin de que cada vez exista más sentimiento de culpabilidad
por haber nacido dentro de la especie humana.
Analizando aquello que está disponible de la antigüedad se ha visto que la
especie humana ha repetido los mismos errores ante las mismas premisas ¿por
qué? Quizá porque se deja arrastrar por cantos de sirena que emiten ciertos
dirigentes alfa, pensando que el futuro es fácil de adivinar y corregir si se
conoce el pasado, lo cuál no es del todo verdad.
La evolución humana en este planeta, como norma general, puede beneficiar o
perjudicar a cualquier otra especie, según esté situada en la escala
filogenética, lo demás es demagogia política.
No está tan claro que, siguiendo las directrices que marcan, o intentan
marcar, los entendidos, obsesionados desde hace décadas con el cambio climático,
vayan a garantizar lo que desean cuando pretenden luchar, creyendo que están en
el recto camino, contra un futuro ignoto.
Con tanto afán por mitigar cualquier cambio climático, teóricamente hacia
el calentamiento, proponiendo los remedios que se proponen, se va a conseguir
lo que se desea, pero también puede ocurrir que, sin ser conscientes, se
consiguiera el efecto, tan contrario como indeseable, es decir, que se cambiara
la temperatura en sentido opuesto sin remedio y sin posibilidad alguna de
corregir por actuar tardíamente, en fin, un pan como unas tortas.
Consciente o inconscientemente se olvida con cierta frecuencia que, para
luchar contra el famoso cambio climático habría que fomentar la emigración humana
hacia territorios deshabitados con incentivaciones suficientes a base de
inversiones que pudieran desarrollar todo tipo de agricultura, ganadería,
industria, hasta conseguir transformar desiertos en vergeles, que se puede,
como ya está demostrado.
El que ciertos territorios habitados se estén hundiendo no es a causa del
cambio climático, que puede ayudar, no cabe duda, sino a que en esta época
actual toca vivir la fase que estamos viviendo, aunque no inmediatamente, sino
paulatinamente, como ya ocurrió antiguamente: es la evolución natural del
planeta en su desplazamiento aéreo por el cosmos.
Se intenta usar el calentamiento
planetario como
coartada para aumentar los impuestos de los contribuyentes, normas autocráticas,
conservadurismo; incluso con ayuda de multinacionales que, sin esfuerzo y ante
esta bicoca puesta en sus manos, aumentarán su fortuna.
Alfonso Campuzano
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