martes, 25 de enero de 2022

LA NUTRICIÓN ACTUALIZADA

La nutrición, para bien o para mal, y gracias a intereses oscuros apoyados por la red social, se ha convertido en teledirigida – Alfonso Campuzano


No es extraño leer cada día, en diferentes periódicos y revistas, artículos señalando que tal o cual alimento goza o no de bula para poder entrar o no en el paraíso del beneficio humano. La mayor parte son contradictorios aunque, eso sí, asegurando que están basados en evidencias más o menos científicas, que conducen a alterar el ritmo del mercado, de manera que, si está saturado, para que haya ventas, hay que anunciar eficacia, pues en caso contrario hay que anunciar ineptitud.

De esta manera se ha conseguido, gracias a premisas falsas y a la utilización de desinformación interesada, que la dieta nutricional se transforme paulatinamente en una dieta políticamente ocurrente, privando al organismo de ciertos nutrientes, según y cómo, según la época, transmitiendo el vocablo perjudicial, porque sí, y sin fundamentos doctos, sino más bien como un experimento nutricional teledirigido para ampliar o disminuir nunca se sabe, el mercado de casi ocho mil millones de seres humanos.

El metabolismo de los glúcidos o carbohidratos azúcares, pasta, frutas, lípidos o grasas animales y vegetales, saturadas e insaturadas, frutos secos, prótidos o proteínas huevos, pescados azules y blancos, carnes rojas y blancas, es decir, recursos naturales, está unificado mediante las reacciones propias del ciclo de Krebs a nivel de la matriz mitocondrial celular.

Los glúcidos, tan necesarios para la actividad muscular, son imprescindibles para el cerebro, ya que sin ellos la depresión hace su aparición. Los lípidos han tenido sus épocas, con estadísticas en forma de dientes de sierra, como todo, porque nada es uniforme ni siquiera el clima. Los prótidos, tan vilipendiados en los últimos cincuenta años, sin necesidad de viajar más atrás en el tiempo, han tenido altibajos, y los siguen teniendo, por división de opiniones, pasando por la criba entre beneficiosos y perjudiciales, según el viento progre que sople, sin tener en cuenta que, gracias a los hombres primitivos, cazadores  neandertales, el homo sapiens pisa fuerte en este planeta azul.

La carne ha tenido su moda fundamentalmente con el cordero, el cerdo, la vaca, la gallina, de manera que algún investigador le ha dado por maldecir la carne roja en beneficio de carne más joven como lechazo, cochinillo, ternera, pollo. Se puede preguntar a países  tercermundistas –portadores de enfermedades crónicas debido a su hambruna– si consumen carne excesivamente. El problema de consumir es que hay que vigilar e inspeccionar la alimentación y conservación de los productos conservantes, colorantes, excipientes, verdaderas bombas de relojería alérgica, y nunca el producto primario en sí. Vivir tiene sus riesgos, y hay que afrontarlos, pero sin tantos impedimentos.

Fomentar la inversión en agricultura e industria, y sin subvencionar a fondo perdido, sino como mucho, ofrecer créditos a interés cero para que se vea el fruto del trabajo.

Al observar las toneladas diarias de comidas que van al vertedero, desde 1986, la normativa europea ha pasado de tener fecha de caducidad a consumir preferentemente antes de, porque los productos no se deterioran de un día para otro, sino que lo hacen paulatinamente dando un margen añadido y suficiente para ser consumidos sin perjuicio para el organismo humano.

Corolario: El agua, un bien preciado, abundante en la naturaleza no en vano ocupa tres cuartas partes de la nave espacial azul, y del que el hombre todavía no ha sido capaz de controlar en su beneficio, quizá por intereses creados en contra, escasea en zonas por falta de inversión, lo que le convierte en un adversario difícil de combatir y doblegar. Zonas desérticas transformadas en zonas fértiles, tomando como ejemplo al Estado de Israel con sus magníficas centrales desalinizadoras, al contrario del fiasco generado en España.


ALFONSO CAMPUZANO

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martes, 11 de enero de 2022

PREMISA DE DUDOSA ETIOLOGÍA

La evidencia de que la enfermedad existe contrasta con el protagonismo político en lugar del sanitario para frenar su propagación con medios adecuados – Alfonso Campuzano


Partiendo de una premisa dudosa —nada es verdad ni mentira—, desde hace más de 24 meses, el planeta sólo escucha, lee, ve —al menos en España—, que un coronavirus, concretamente el SARS-CoV-2, afecta a los seres humanos, sobre todo contagiando más que matando 311.276.893 contagios y 5.514.058 fallecidos a las 10:41 del 11/01/2022—, es decir, una cortina de humo transmitida frívolamente mediante cifras dramáticas en directo como nunca se habían atrevido a hacer los medios de comunicación, fundamentalmente subvencionados con dinero de los contribuyentes, obedeciendo las directrices marcadas a fuego por la voz de su amo.

La respuesta gubernamental ha sido el confinamiento de personas sanas —asintomáticas en el léxico político, que no médico—, en lugar de precatalogarlas de transmisoras, que lo son, pero nunca delincuentes, además de las contagiadas con síntomas más o menos graves, incluso críticos. No es un hecho aislado y actual, sino que paulatinamente la Política, en su egoísta beneficio, ha saprofitado a la propia Sanidad, al contar con una Medicina socializada desde hace más de ochenta años.

La obligatoriedad de usar mascarillas, ya sean quirúrgicas —están confeccionadas para ser únicamente útiles en el área quirúrgica—, ya sean hechas a base de cualquier tela, choca con la libertad individual de utilizarla voluntariamente, haciendo pensar que lo fundamental y políticamente correcto es que todo ser humano esté embozado.

La U.E. —léase Unión Europea— angustiada a mediados de 2020, demostrando inexperiencia, firmó un protocolo del que aún se desconocen los términos de las cláusulas y contrapartidas con media docena de laboratorios farmacéuticos, en el que fundamentalmente se los excluye de responsabilidad penal, si se producen efectos secundarios letales, secuelas imprevistas, al aplicar intramuscularmente un producto en fase experimental, mientras hacen responsables a los gobiernos que los compran. De ahí que la administración se haga mediante envases multidosis, manipuladas por sanitarios, de manera que, la responsabilidad, si la hubiera, sería a cuenta del manipulator, nunca del fabricante, porque hasta la fecha todas las vacunas eran expendidas en unidosis prestas a inyectar.

A esto hay que añadir que apenas se cita la vacuna rusa llamada Sputnik V, retirada del mercado occidental, hecho que ha provocado que en Rusia, y como contrapartida, para un turista no tenga validez otra vacuna que no sea la suya, y deba someterse a sus leyes.

Por último, las cifras transmitidas por los medios de información se olvidan fácilmente, pero para eso está la comparación tras la consulta estadística: tomando como ejemplo una semana del presente año se inicia con el triple de contagios, con más de un cuarenta por ciento menos de hospitalizaciones, con un treinta por ciento menos de pacientes en UCI/UVI, con un setenta y cinco por ciento menos de fallecidos por coronavirus SARS-CoV-2, que hace un año.


ALFONSO CAMPUZANO

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