jueves, 28 de abril de 2022

MEDICINA SIDERAL

Desde el punto de vista del ser humano, mientras no haya un avance científico exponencial a lo conocido actualmente, es complicado pretender ser viajero intergaláctico – Alfonso Campuzano


La carcasa con la que se viste el ser humano está concebida para habitar sólo y exclusivamente en esta nave espacial azul, así que, si desea explorar el inmenso cosmos, incluso exiliarse o huir, no tendrá más remedio que sufrir una mutación, fundamentalmente porque la estructura corporal actual con sus sistemas, sus aparatos, sus funciones, están magníficamente adaptados y regidos por la acción de la gravedad terrestre, de manera que, cuando se ponen en contacto con la ingravidez, desaparecen paulatinamente, como ya se ha documentado en diferentes experimentos  llevados a cabo desde la década de los cincuenta del siglo pasado concretamente desde el primer vuelo espacial protagonizado por la antigua U.R.S.S./C.C.C.P. en 1957, sobre todo cuando la totalidad del conjunto realizado no ha visto la luz, quizá debido a que se trata de una información demasiado compleja para quienes no tienen suficiente formación académica adecuada para entender, no sólo en cuanto a referencias científicas, sino a cualquier información banal, como en el día a día se ve, gracias a los ocho planes de Educación en los últimos cuarenta años.

No es ningún demérito, sino el resultado del cociente intelectual, por ley natural, ella sabrá porqué, que no goza de uniformidad en esta nave espacial azul, sino que hay de todo, como debe ser, en la viña del señor, para que no cunda el aburrimiento. Todos los seres vivos, incluidos los humanos, tienen la suerte de disfrutar, a la orden del día, de un ambiente autoabastecido, autosuficiente, inagotable, como si fuera que lo es, un bucle alimentario, un gigantesco holocausto –como bien decía Robert Charroux en los años setenta–, entre sus moradores, pues unas especies se alimentan de otras, desde el principio de los tiempos, que continúa y continuará, porque quizá sea la fórmula ideal a modo de nave-presidio para no tener que emprender la fuga en supuestos viajes interplanetarios, salvo por necesidad extrema, de manera que, lo inimaginable está por descubrir, que se descubrirá a su debido tiempo. ¿Por qué? Que responda quienes sepan las respuestas.

Lo que está medianamente claro, desde hace más de seis décadas, es que el ser humano, tal y como se conoce vigentemente, no tiene la más mínima aptitud ideal para convertirse en un viajero interplanetario, ya que requiere una adaptación gradual, una transformación, en síntesis, una mutación, para poder vivir fuera de esta nave espacial azul. Así que, fuera de la atmósfera y de la gravedad terrestres, el ser vivo tiene que soportar diversas alteraciones en sus ritmos circadianos, experimentar cambios somáticos y cerebrales muy importantes, esencialmente para ir desacostumbrándose a la cadencia del día y de la noche, además de la ausencia proporcionada por el Sol, todo ello regulado por una región cerebral importante denominada hipotálamo.

Si se consiguiera tal mutación, adecuada para realizar una pretendida odisea espacial, es más que probable que el ser humano terrestre ya no sería lo que fue, estructuralmente hablando, ni siquiera podría retornar con las mismas características anteriores, a no ser que se le posibilitara el procedimiento inverso. Pero ¿para qué?


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

martes, 12 de abril de 2022

HACIA UNA RELIGIÓN CLIMÁTICA

Las predicciones climáticas de hace cincuenta años no se han cumplido, aunque los medios de comunicación idiotizadores subvencionados insisten por si acaso – Alfonso Campuzano


El clima, desde hace unas décadas, posiblemente desde que el acceso es tan mediático como inmediato a cualquier consulta, en este caso sobre los modelos climáticos, acierten o no, que sirven para que los analicen diaria y minuciosamente los meteorólogos, ya que siempre ha interesado sobremanera al ser humano, sobre todo básicamente a la agricultura y ganadería, como parte del amplio sector primario, tan necesario como para no padecer hambruna.

Con todo ello, el vocablo clima se ha ido degradando y desprestigiando paulatinamente desde el mismo momento en que la política, en general, ha entrado como un elefante en una cacharrería y ha tomado diferentes apelativos. La cosa comenzó cuando se vulgarizó gracias a Albert Arnold Gore Jr., premio Nobel de La Paz al hablar de cambio climático, un cambio que, en esta nave espacial azul, debido a su singularidad y desigualdad, es cíclico haciendo que los seres humanos se desmemorien, para abonarse al carro de la manipulación con el llamado calentamiento global imposible de todo punto, porque el planeta disfruta de miles de microclimas, desarrollando un plan gubernamental con el fin de esquilmar a los contribuyentes mediante un delirio climático, propio de políticos ineducados e insensibles como si pertenecieran a una secta climática que, con el paso del tiempo se ha convertido en una religión climática, tan fundamentalista como fanática, hasta llegar a la emergencia climática.

La última novedad, y sin ningún rubor, trata de achacar la responsabilidad de la religión climática a la tercera o cuarta edad, porque siempre hay alguien cercano a quien culpar, nunca a uno mismo, un hecho muy propio del pelelismo político, tan en boga, sin base científica que lo sustente, aunque haya en nómina de científicos circenses dispuestos a bailar el agua a quien sea con tal de que aflore su egocentrismo, aunque con base fervientemente manipuladora.  

La nave espacial azul, en su traslación, más o menos acelerada, por regiones cósmicas desconocidas hasta la actualidad, hace pensar que, desde la noche de los tiempos, todo lo que ocurre ha podido pasar, aunque nunca jamás se reproducirá, porque el Sol, la Luna, la estrellas, los planetas, los satélites, no son cuerpos celestes estáticos, sino que también se desplazan exactamente igual que lo hace cualquier otro.

Ninguna época precedente es ni será igual a la actual. Pretender comparar unas épocas con otras tiene un sinsentido cuando las posibilidades son infinitas, tal y como así lo ha mostrado, y demostrado, la Historia Universal. Hipótesis puede haber tantas como doctorandos, y tesis tantas como doctorados, lo cual no quiere decir que hayan conseguido una verdad única, sino tantas como ellos mismos.

¿Qué intereses políticos cada vez menos ocultos, que no juiciosos, están detrás del calentamiento global, cambio climático, catástrofe climática, delirio climático, dogma climático, emergencia climática, empoderamiento climático, fanatismo climático, fundamentalismo climático, integrismo climático, política climática, religión climática, secta climática? Tendrán que explicarlo, sí o sí, porque los políticos existen gracias a que se deben a los ciudadanos contribuyentes. Sin ellos no son nada ni nadie.

Ahora bien, ¿la nave espacial azul está preparada para evitar lo que el globalismo pretende con su propaganda?


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

martes, 22 de marzo de 2022

CONTROL DESCONTROLADO

La Sanidad española, sobre todo la Medicina Primaria –general, cabecera, familia–, está conmocionada, al haberla enclaustrado e impedido realizar labores cercanas e inmediatas en vanguardia, tal y como enseñan en la Facultad – Alfonso Campuzano


Desde finales de 2019 hasta la actualidad, la sociedad española ha vivido una serie de acontecimientos, en materia médico-sanitaria, que chocan contra la enseñanza y el sentido común que se imparte en las diferentes asignaturas, durante los seis años académicos, que se cursan en la Facultad de Medicina.

La llamada pandemia por coronavirus SARS-CoV-2 teledirigida a instancias de la O.M.S., Organización Mundial de la Salud, comienza con un extraño comportamiento de las autoridades chinas, mediante un estado de excepción marcial, desde octubre de 2019, con la proclamación gubernamental planetaria de inseguridad social rápidamente extendida, al promover una cuarentena política una quincena, una semana, cinco días, que no sanitaria, de aislamiento obligatorio para personas sanas –dos decretazos de alarma total, y absolutamente anticonstitucionales, abiertos a la desidia y a la falacia, pese a desconocer casi todo sobre una enfermedad infectocontagiosa, intentando ignorar lo más básico, que condujo a una pseudopandemia de difícil control, porque el maridaje entre Política y Sanidad siempre han ido de mal en peor.

La actuación más delirante fue no considerar oportuno la clausura de las fronteras, tanto terrestres como espacio aéreo, mientras miles de inmigrantes asaltan diariamente las fronteras sureñas sin control sanitario, mientras el poder legislativo se deja controlar por el poder ejecutivo cuando tiene que ser al revés, mientras imprudente e irresponsablemente se impide la realización de necropsias.

Los voceros subvencionados manipulando el discurso, dedicados a infundir miedo, merced a intereses escatológicos, hablando de una nueva economía y un nuevo orden mundiales, dando cancha a entrevistas a personajes que se supone tienen título académico vía televisión en directo–, que asombran y dan vergüenza ajena a propios y extraños, en la mayoría de los casos, con sus inusitadas y vacuas respuestas, pues faltan al sentido común académico quizá no aprendido, quizás olvidado, fundamentalmente por estar mediatizadas políticamente, lo cual no es nada extraordinario en sí, ya que, en una Medicina socializada desde hace más de ochenta años, no puede tener más opción que la que se oye, ya sea por doctrina o por manipulación, con el fin de que la población esté atenta, en todo momento, a los medios de difusión, y agarrada a un clavo ardiendo.

El gran error inconcebible en el ejercicio profesional, pues debe estar en primera línea para lo bueno y para lo malo, es impedir la consulta diaria a los médicos de familia generales, de cabecera, haciendo pruebas marcadamente inespecíficas, pues contactar no significa estar enfermo. Con ello, queriendo o sin querer, la consecuencia más grave es que la Medicina se está desprestigiando solita, y sin atisbo aún del beneplácito que dicta un congreso internacional. Antes de la famosa y última pandemia los médicos generalistas hacían un diagnóstico diferencial entre las habituales enfermedades infectocontagiosas; sin embargo, actualmente ya no es así, sino que todo se engloba con un apellido común: Covid. Nadie puede decir ‘me duele la cabeza’, ‘me duele la garganta’, porque el entorno se asusta y se atrinchera, además, el vecino de arriba diagnostica antes de ser visitado por médico alguno.

La Sanidad, al menos la española, por tanto, está en un cul-de-sac desde hace un par de años, desde el momento que le impidieron ejercer Medicina apolítica, y acelerando sin saber a donde la dirigen los políticos que, en las últimas décadas, con la boquita chiquita, hacen publicidad de la inmejorable que es, mientras el resto de los países del entorno se ríen a mandíbula batiente al reconocer que España ocupa el puesto trigésimo segundo (32) entre los países mejor preparados en el mundo ante el coronavirus SARS-CoV2, aunque asustados por la gestión, dependiente de licenciados ineptos en Medicina, con los profesionales desbordados, con riesgo de contagio y muerte, al ser enviados a una guerra sin armadura, es decir, un control muy bien descontrolado. Y, para colmo, ¿cómo se puede explicar la contradicción de contratar a médicos jubilados masiva y descaradamente por Mariano Rajoy, cuando se asegura que los mayores de edad son personas de riesgo?

La muerte en directo, la transmisión de pánico, prohibición tras prohibición, convertidas en un patrón de consecuencias paranoicas para una generación de niños y adolescentes que han abocado a fobias, incluida la agorafobia, encerrados voluntariamente en su habitación, entre otras cosas.

Las gripes estacionales de años anteriores siempre han colapsado las UCIs/UVIs, con ocupaciones de más del 30%, como ha ocurrido con la pandemia, pero no alarmaban a la población. El periodismo y ciertos profesionales de la Medicina han sido colaboradores necesarios en esta expansión de terror. 

El paso del tiempo está siendo juez de esta situación tan mal gestionada, sobre todo comportamientos y protocolos injustificables, porque un protocolo en los años noventa florecieron nacieron como defensa de un profesional cuando no sabía defender su actuación ante la sociedad.

Corolario: Cuando en un departamento, en un servicio, en una sección, se requiere que no funcione, la solución más sencilla entre el personal pasa por exigir turnos, además de cambiar constantemente a los componentes de un equipo, que no se conozcan, que se entorpezcan.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

martes, 8 de marzo de 2022

EN BUSCA DE LA EXCELENCIA

El material quirúrgico de alta tecnología ha de ir acompañado siempre de una vestimenta apropiada que impida el trasiego de gérmenes entre operador y operado – Alfonso Campuzano


A finales del siglo XIX se produjo salto cualitativo en la cirugía, merced a la puesta en marcha de conocimientos que, desde hacía tiempo, venían siendo demostrados y tan indispensables, entre otros, como son la antisepsia, asepsia, narcosis sedación, anestesia, coma inducido, ayudados por una tecnología cada vez más sofisticada, sin los cuales sería imposible despegar y evolucionar hasta donde se ha llegado en poco más de un siglo después al lograr disminuir considerablemente las complicaciones, sobre todo las infecciones tanto intraoperatorias como  postoperatorias.

Todo lo que acontece en el área quirúrgica se asemeja a un ritual reiterativo solemne cada vez que el personal accede al recinto, sobre todo, y fundamentalmente, el equipo quirúrgico, y con un fin primordial, es decir, preservar de inconvenientes a quienes ceden la profanación de su cuerpo para que sea reparado en condiciones óptimas.

En un principio, se pasó de utilizar la vestimenta de calle nido de gérmenes más o menos patógenos a desecharla y cambiarla por una indumentaria exclusiva y necesaria, hecha en tejido tradicional, a base de tela, para ejercer en las mejores circunstancias para el paciente durante el tiempo operatorio. Sin embargo, fue a raíz de la introducción paulatina años sesenta del siglo pasado, de materiales como la celulosa, de un sólo uso y estéril, cuando la mejoría se hace ostensible con el fin de no perder tiempo y dinero en lavar y esterilizar hasta acabar con su total resistencia.

La implantación de la ducha, antes de entrar en la sala quirúrgica, aunque el personal venga duchado de casa. El pijama limpio con manga corta. El gorro utilizado como impedimento de contagio biológico, cuyo diseño ideal es el integral, de único uso, preferiblemente en celulosa, rechazable y nunca reutilizable, modelado con frívolos colores en una zona hospitalaria tan respetable. La mascarilla, también es desechable, que impide a líquidos y bichos orgánicos del paciente anestesiado entren en contacto con boca y nariz de los operadores, y viceversa. Las calzas, de usar y tirar, que actúan como barrera que protege a los zuecos de quirófano.

En la higiene de las manos se utiliza jabón líquido normal durante diez minutos o un jabón líquido antiséptico durante tres minutos mediante un intenso cepillado de uñas, dedos, manos, antebrazos hasta codos y abundante agua de arrastre. El secado de manos únicamente con una compresa estéril proporcionada por la enfermera embatada, enguantada, con material estéril, antes de que le sea colocada la bata estéril doble, en ciertas ocasiones, que si se humedece durante la intervención, o se alarga el tiempo quirúrgico más de lo previsto, se ha de cambiar por otra.

Los guantes estériles de látex, o de nitrilo para personas alérgicas dobles, según el caso, que si se deterioran o cuando el tiempo quirúrgico se alarga, se deben eliminar por otros nuevos. Hubo una época en la postguerra, incluso hasta los años setenta del siglo pasado en la que se esterilizaban las veces que fueran necesarias, hasta que resultaban inservibles, ¿por ahorro o por distribución fallida? Lo que, al disminuir la resistencia, probablemente daba lugar a infecciones con las que ya se contaba.

Ni que decir tiene que, en sus comienzos, la cirugía trataba de amputar más que reparar la zona deteriorada de ahí la frase: ‘cortar por lo sano para salvar la mayor parte orgánica indemne, incluso la vida. Con el devenir de la tecnología puntera, la cirugía ha progresado tanto en unas especialidades más que en otras hasta conseguir una tendencia fundamentalmente reparadora de órganos, articulaciones, incluso reemplazadoras, utilizando materiales biocompatibles con los tejidos humanos, muchos de ellos investigados y conseguidos por astronautas, cosmonautas, taikonautas, durante su estancia en la ISS Estación Espacial Internacional desde su lanzamiento en 1998.

Ello ha hecho que diferentes oficios y profesiones sin relación con la Medicina y la Cirugía, y que no es a preciso nombrar por ser de visión casi diaria hayan considerado utilizar dichas prendas, fundamentalmente la bata y gorro, aunque no de un sólo uso y, a la vez, sin cambio, tocar todo lo que pille a mano, en referencia a los guantes.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

jueves, 10 de febrero de 2022

UN MANEJO DEPLORABLE

La máxima aspiración de la Política del siglo XX era secuestrar la Sanidad, conseguida en el siglo XXI, gracias a una pandemia oriental teledirigida, y con el fin de viciar, en tiempo real, la vida privada – Alfonso Campuzano


Antes de declararse la pandemia por coronavirus SARS-CoV-2 no es la primera ni tampoco será la última, y todas procediendo de Orientesin investigar y sin explicar su por qué las enfermedades transmisibles, como su nombre indica, contagiaban, pero no se le daba la debida importancia estadística que actualmente se está desarrollando a tiempo real con el contubernio de los medios de difusión social, en la que se utiliza la mascarilla como un método novedoso y casi confiscatorio para la A.E.A.T. léase Agencia Estatal de Administración Tributaria– por su elevado precio, al menos en España, del que no se escapa nadie, y que, a la vez, atemoriza y manipula en manos desaprensivas controladoras de entes.

Hasta 2020, las vacunas se comerciaban en una sola pieza, es decir, la jeringa estaba programada individualmente con la carga de la dosis inyectable, además de la aguja incorporada, de manera que, si surgía una complicación o un efecto secundario desfavorable, como ocurre con toda medicación desde la noche de los tiempos farmacológicos, la responsabilidad correspondía al laboratorio investigador y comercializador, sin más.

La sorpresa es mayúscula cuando los canales informativos desvelan diariamente cómo se administran las vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2, ya que incumplen las normas de asepsia y antisepsia como son las de extraer la jeringa de su envoltorio, añadirle una aguja, con al que se carga la dosis de un envase pentavial, y no monodosis, pinchar el brazo sin desechar la aguja por otra estéril. Esta acción, en caso de haber algún efecto colateral desfavorable, por supuesto que lo habrá, exime de culpa al laboratorio, en tanto que la responsabilidad recae en el manipulador de la jeringa y aguja, que suman cientos de miles.

Sobre todo después de conocer que la UE léase Unión Europea firmara con los laboratorios investigadores y expendedores que, si surgían efectos colaterales desagradables, la responsabilidad criminal sería única y exclusivamente de los gobiernos de los países compradoresnunca de ellos. Y las indemnizaciones no serían a cargo de los políticos firmantes del acuerdo, sino de los contribuyentes, vamos, como siempre ha sido, y será, si alguna generación no lo remedia atando  muy corto a los representantes responsables.

Una acción demasiado desafortunada, que habrá partido de algún cargo a la defensiva, debido a la premura política, que nunca sanitaria, donde los tiempos de investigación son los tiempos inexcusablementedonde los resultados, si se saltan, no son los mismos, pues incluso son letales.

Un experimento sanitario a escala mundial, como el que se está llevando a cabo actualmente, exige mucha más ética que la mostrada si es que, entre los políticos, alguien sabe qué significa este vocablo, y demostrada por ciertos gobiernos. Así que, de ahí el refrán español: ‘No hay que pedir peras al olmo’.

El por qué de toda esta parafernalia sanitaria emitida en tiempo real, desde hace más de dos años, como si se tratara de la guerra en Vit Nam, habrá que preguntárselo no a un jurista, sino a varios.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

jueves, 3 de febrero de 2022

HACIA UNA INGENIERÍA CÁRNICA

Todo experimento industrial de naturaleza alimentaria, para poder incorporarlo a la sociedad consumista, debe pasar unos controles rigurosamente cifrados en años – Alfonso Campuzano


La industria cárnica está en transformación quizá desde el momento en que se anunció, vía difusión, el inicio de un culto al cambio climático, nada nuevo, sobrevalorado a partir del año 2000 con el ambientalista Albert Arnold Gore, tras recibir el premio Nobel de la Paz, gracias a las empresas multinacionales que deciden qué se debe comer en cualquier momento del día, y no digamos del año.

A primera vista, parece ser que se está fomentando un gran negocio, no nuevo, sino novísimo, en un horizonte aún lejano, y por visibilizar, con el ánimo consciente o inconscientemente puesto en hundir, incluso hacer desaparecer la ganadería tradicional, poniendo como excusa máxima que los seres humanos habitantes de la nave espacial azul, dentro de tres decenios sumarán nueve mil millones, olvidándose de que los países tercermundistas apenas huelen, y olerán, las proteínas de la carne.

La idea principal del proceso de ingeniería trata de conseguir la elaboración de las proteínas propias de la carne actualmente proceden de recursos naturales, en un laboratorio industrial. Para ello, se utiliza una pieza muscular de cualquier animal, vivo y teóricamente sano, ya sea cerdo, cochinillo, cordero, lechazo, gallina, pollo, ternera, vaca, etcétera, y se introduce en un receptáculo de acero inoxidable, denominado biorreactor, donde se mezcla con un líquido de cultivo para formar una masa, que irá reaccionando químicamente, a base de estimulaciones eléctricas, conservando las características biológicas y físicas primitivas, preservando la acidez, la humedad, la temperatura, hasta convertirse en una apariencia y configuración determinados previamente como chuleta, chuletón, hamburguesa, salchicha, etcétera, para su comercio, no sin antes tener que ser  autorizado a nivel mundial como un producto alimenticio, que no es poco, aunque sin el valor nutritivo primigenio.

Esta fase experimental de carne cultivada se ha filtrado a la prensa demasiado pronto, pues lo que deja entrever es que el camino que debe recorrer, como todo experimento, será arduo y largo, posiblemente decenas de años hasta conseguir la imitación perfecta de las características que la carne natural ofrece, es decir, olor, contextura, gusto, tono, etcétera.

Al ser este tipo de carne artificial un producto industrial, además de nuevo, hay que contar con sus más que probables amenazas a la garantía dietético-sanitaria, ya que puede provocar metamorfosis hereditaria que conduzca irremediable y peligrosamente hacia alergias, ancianidad, tumoraciones, etcétera.

Al tratarse de un proceso automatizado y manufacturado de manipulación de estructuras celulares, a modo de remedio renovador eminentemente social, ha sorprendido que produce mayores emanaciones que la ganadería tradicionalPor otra parte, el resultado tiene un coste desorbitado, incluso inalcanzable para cualquier consumidor.

A pesar de que esta carne no real, sintética, no está autorizada en la U.E. Unión Europea, el gobierno socialista de Pedro Sánchez eminentemente repartidor del dinero de los contribuyentes ha subvencionado con más de tres millones de euros concretamente 3.700.00€ para impulsarla.

Si carne no es, aunque proteínas tiene, ¿cómo nombrarla?


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

martes, 25 de enero de 2022

LA NUTRICIÓN ACTUALIZADA

La nutrición, para bien o para mal, y gracias a intereses oscuros apoyados por la red social, se ha convertido en teledirigida – Alfonso Campuzano


No es extraño leer cada día, en diferentes periódicos y revistas, artículos señalando que tal o cual alimento goza o no de bula para poder entrar o no en el paraíso del beneficio humano. La mayor parte son contradictorios aunque, eso sí, asegurando que están basados en evidencias más o menos científicas, que conducen a alterar el ritmo del mercado, de manera que, si está saturado, para que haya ventas, hay que anunciar eficacia, pues en caso contrario hay que anunciar ineptitud.

De esta manera se ha conseguido, gracias a premisas falsas y a la utilización de desinformación interesada, que la dieta nutricional se transforme paulatinamente en una dieta políticamente ocurrente, privando al organismo de ciertos nutrientes, según y cómo, según la época, transmitiendo el vocablo perjudicial, porque sí, y sin fundamentos doctos, sino más bien como un experimento nutricional teledirigido para ampliar o disminuir nunca se sabe, el mercado de casi ocho mil millones de seres humanos.

El metabolismo de los glúcidos o carbohidratos azúcares, pasta, frutas, lípidos o grasas animales y vegetales, saturadas e insaturadas, frutos secos, prótidos o proteínas huevos, pescados azules y blancos, carnes rojas y blancas, es decir, recursos naturales, está unificado mediante las reacciones propias del ciclo de Krebs a nivel de la matriz mitocondrial celular.

Los glúcidos, tan necesarios para la actividad muscular, son imprescindibles para el cerebro, ya que sin ellos la depresión hace su aparición. Los lípidos han tenido sus épocas, con estadísticas en forma de dientes de sierra, como todo, porque nada es uniforme ni siquiera el clima. Los prótidos, tan vilipendiados en los últimos cincuenta años, sin necesidad de viajar más atrás en el tiempo, han tenido altibajos, y los siguen teniendo, por división de opiniones, pasando por la criba entre beneficiosos y perjudiciales, según el viento progre que sople, sin tener en cuenta que, gracias a los hombres primitivos, cazadores  neandertales, el homo sapiens pisa fuerte en este planeta azul.

La carne ha tenido su moda fundamentalmente con el cordero, el cerdo, la vaca, la gallina, de manera que algún investigador le ha dado por maldecir la carne roja en beneficio de carne más joven como lechazo, cochinillo, ternera, pollo. Se puede preguntar a países  tercermundistas –portadores de enfermedades crónicas debido a su hambruna– si consumen carne excesivamente. El problema de consumir es que hay que vigilar e inspeccionar la alimentación y conservación de los productos conservantes, colorantes, excipientes, verdaderas bombas de relojería alérgica, y nunca el producto primario en sí. Vivir tiene sus riesgos, y hay que afrontarlos, pero sin tantos impedimentos.

Fomentar la inversión en agricultura e industria, y sin subvencionar a fondo perdido, sino como mucho, ofrecer créditos a interés cero para que se vea el fruto del trabajo.

Al observar las toneladas diarias de comidas que van al vertedero, desde 1986, la normativa europea ha pasado de tener fecha de caducidad a consumir preferentemente antes de, porque los productos no se deterioran de un día para otro, sino que lo hacen paulatinamente dando un margen añadido y suficiente para ser consumidos sin perjuicio para el organismo humano.

Corolario: El agua, un bien preciado, abundante en la naturaleza no en vano ocupa tres cuartas partes de la nave espacial azul, y del que el hombre todavía no ha sido capaz de controlar en su beneficio, quizá por intereses creados en contra, escasea en zonas por falta de inversión, lo que le convierte en un adversario difícil de combatir y doblegar. Zonas desérticas transformadas en zonas fértiles, tomando como ejemplo al Estado de Israel con sus magníficas centrales desalinizadoras, al contrario del fiasco generado en España.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0

martes, 11 de enero de 2022

PREMISA DE DUDOSA ETIOLOGÍA

La evidencia de que la enfermedad existe contrasta con el protagonismo político en lugar del sanitario para frenar su propagación con medios adecuados – Alfonso Campuzano


Partiendo de una premisa dudosa —nada es verdad ni mentira—, desde hace más de 24 meses, el planeta sólo escucha, lee, ve —al menos en España—, que un coronavirus, concretamente el SARS-CoV-2, afecta a los seres humanos, sobre todo contagiando más que matando 311.276.893 contagios y 5.514.058 fallecidos a las 10:41 del 11/01/2022—, es decir, una cortina de humo transmitida frívolamente mediante cifras dramáticas en directo como nunca se habían atrevido a hacer los medios de comunicación, fundamentalmente subvencionados con dinero de los contribuyentes, obedeciendo las directrices marcadas a fuego por la voz de su amo.

La respuesta gubernamental ha sido el confinamiento de personas sanas —asintomáticas en el léxico político, que no médico—, en lugar de precatalogarlas de transmisoras, que lo son, pero nunca delincuentes, además de las contagiadas con síntomas más o menos graves, incluso críticos. No es un hecho aislado y actual, sino que paulatinamente la Política, en su egoísta beneficio, ha saprofitado a la propia Sanidad, al contar con una Medicina socializada desde hace más de ochenta años.

La obligatoriedad de usar mascarillas, ya sean quirúrgicas —están confeccionadas para ser únicamente útiles en el área quirúrgica—, ya sean hechas a base de cualquier tela, choca con la libertad individual de utilizarla voluntariamente, haciendo pensar que lo fundamental y políticamente correcto es que todo ser humano esté embozado.

La U.E. —léase Unión Europea— angustiada a mediados de 2020, demostrando inexperiencia, firmó un protocolo del que aún se desconocen los términos de las cláusulas y contrapartidas con media docena de laboratorios farmacéuticos, en el que fundamentalmente se los excluye de responsabilidad penal, si se producen efectos secundarios letales, secuelas imprevistas, al aplicar intramuscularmente un producto en fase experimental, mientras hacen responsables a los gobiernos que los compran. De ahí que la administración se haga mediante envases multidosis, manipuladas por sanitarios, de manera que, la responsabilidad, si la hubiera, sería a cuenta del manipulator, nunca del fabricante, porque hasta la fecha todas las vacunas eran expendidas en unidosis prestas a inyectar.

A esto hay que añadir que apenas se cita la vacuna rusa llamada Sputnik V, retirada del mercado occidental, hecho que ha provocado que en Rusia, y como contrapartida, para un turista no tenga validez otra vacuna que no sea la suya, y deba someterse a sus leyes.

Por último, las cifras transmitidas por los medios de información se olvidan fácilmente, pero para eso está la comparación tras la consulta estadística: tomando como ejemplo una semana del presente año se inicia con el triple de contagios, con más de un cuarenta por ciento menos de hospitalizaciones, con un treinta por ciento menos de pacientes en UCI/UVI, con un setenta y cinco por ciento menos de fallecidos por coronavirus SARS-CoV-2, que hace un año.


ALFONSO CAMPUZANO

Sigue a @AIf0ns0