jueves, 20 de agosto de 2020

LA MOLESKINE DEL AUTOGOLPE DE ESTADO

El estado de alarma sanitaria, transformado en estado de excepción, ha priorizado la Política y ha anulado la Sanidad – Alfonso Campuzano


El cuaderno clásico Moleskine, perdido y encontrado, recoge en sus páginas cómo a los pocos días de haber tomado posesión de la presidencia del Gobierno de coalición socialcomunista, Pedro Sánchez, tuvo conocimiento de que se avecinaba una crisis sanitaria que, pese a las serias advertencias internacionales, pensaba soslayarla mediante un experto asesor, convertido en comisario político, que retransmitiese televisivamente frases convincentes, sin cobertura creíble, diciendo que en España no tendría, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado, esperando que no habría  transmisión local; que si la habría, sería muy limitada y muy controlada; que no habría problema en ir a las manifestaciones del domingo 8 de marzo, de hecho, insensatamente dejaría ir a su hijo; que había indicios de que la enfermedad infectocontagiosa seguía sin ser excesivamente transmisible, por lo que parecía que la epidemia comenzaba a remitir; que no era necesario cerrar los colegios, porque no ayudaba; que las mascarillas no deberían ser obligatorias.
Sin embargo, el presidente socialista decretó un estado de alarma con normativa de estado de excepción al cercenar todo tipo de libertades individuales, lo que le permitió ostentar un poder absoluto único en los últimos cuarenta años, para hacer y deshacer a su antojo, y mediante decretos-ley, activando la compra de material sanitario a empresas carentes de licencia y que desconocían el entramado, pero ayudaban a mantenerlo en el poder.
Incluyó al comunista Pablo Iglesias en el organigrama del C.N.I. léase Centro Nacional de Inteligencia con lo que podría acceder a toda la información sensible del Estado, incluida la evolución de la instrucción judicial sobre la tarjeta SIM del teléfono virtualmente robada de su asistente Dina en el Europarlamento, que mantuvo en su poder varios meses, en un supremo acto de protección machista, y sin denunciar a la policía.
Asimismo, hizo que se recrudecieran los ataques al Rey emérito, Don Juan Carlos, para preparar su destierro. Incrementó la dedocracia de libre designación a más personas cercanas a ochocientas con sueldos de seis dígitos, que servirían de ayuda al culto al líder como pago por servicios prestados, pero no con dinero de su bolsillo.
Sobreutilizó el dinero público de todos los españoles para sobornar a las televisiones privadas a fin de exponer la verdad oficial, que no real, salida de la cocina de Moncloa.
Sobremanipuló a la Policía Nacional y la Guardia Civil para que impidieran protestas y vigilaran a los discrepantes en redes sociales, y no toleraran opiniones contrarias a su caprichoso proyecto político.
Demoró las ayudas al derecho a prestación económica como el Ingreso Mínimo Vital permitiendo que los trabajadores pasaran los meses sin dinero en efectivo y cuando las puertas del hambre se hicieran realidad actuaría como un salvador ofreciendo una miserable paga que, al menos, les daría para comer.
Amenazas continuas de que habrá miles de muertos y nadie cobrará el subsidio si pierde el mando único.
Perspectivas de empadronar a millones de inmigrantes comprando sus votos de por vida al asignarles una paga para perpetuarse en el poder.
Horizonte de subida masiva de impuestos para poder pagar el subsidio a los millones de votantes como forma de financiar el autogolpe de Estado.
Los españoles han caído, una vez más, en la trampa política egoísta, y no tienen escapatoria.

ALFONSO CAMPUZANO
                 
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miércoles, 5 de agosto de 2020

AL HILO DE LAS AGUAS TERRITORIALES

La diplomacia española por medio de sus gobernantes, a través de la Historia, no ha creado una escuela que supiera defender territorios mimados – Alfonso Campuzano


Desde que se hizo cargo de la presidencia del gobierno socialista, Pedro Sánchez, las aguas territoriales españolas han sido menospreciadas sin que, hasta el momento, se hayan desarrollado conflictos jurisdiccionales, pese a los existentes caladeros de pesca.
Hace dos años, sin venir a cuento, la República Argelina Democrática y Popular amplificó su frontera acuática hasta llegar al Archipiélago de Baleares. ¿Qué pretendía con esta decisión unilateral tan despótica? Nada más y nada menos que hacerse con la energía fósil que representan los yacimientos de hidrocarburos subacuáticos partidarios de probables prospecciones petrolíferas, mientras que el ministerio de AAEE español no lo dio importancia alguna, porque ni siquiera se constituyó una mesa propia para conversar. Pura desfachatez ante la debilidad que, como letrero, ostentan en la frente los diplomáticos españoles responsables.
Así que, ante la falta de respuesta, durante el primer semestre del presente año en curso, un segundo país sureño, precisamente el Reino Alauita de Marruecos, catapultó la oficialidad de la ampliación unilateral de sus aguas territoriales a doscientas millas marinas superficiales y a más de trescientas millas marinas profundas, mediante la aprobación legislativa de su Parlamento, de manera que al sobreponerlas a las propias españolas, engloban al Archipiélago de Canarias.
¿Qué escondía esta medida autoritaria? Algo muy importante para su expansión química y cibernética, ya que desde hace varios años, en esta zona, se conoce la existencia de recursos naturales como gas natural, petróleo y minerales infrecuentes como cobalto, además del mayor yacimiento planetario de telurio, en los alrededores del monte submarino Tropic, un metaloide, semiconductor, empleado en la industria electrónica.
Aunque el Reino de España no debe aceptar las ocurrencias del Reino de Marruecos, este último tiene la sartén por el mango, porque si los hechos no se desarrollan como desea, tiene suficiente poder como para decidir sobre el chantaje que siempre tiene a mano, es decir, incrementar la inmigración ilegal, sobre todo de menores de edad no acompañados los famosos MENA’s, que tantos problemas generan allá donde son acogidos e interrumpir unilateralmente la colaboración antiterrorista, todo ello gracias a la muy buena retribución económica, cada vez más expansiva, a costa de los contribuyentes españoles.
Desde los años cincuenta del siglo pasado finales del Protectorado español, Marruecos ha hecho valer su supremacía, aprovechándose de los diplomáticos españoles bisoños y confiados, que han caminado una zancada por detrás del país alauita.
Aparentemente ambas hostilidades norteafricanas, ambos conflictos jurisdiccionales, no tienen validez internacional, pero el hecho, hasta ahora consumado, está sobre el papel, mientras que el actual Gobierno español socialcomunista, al no haber parado tal pretensión, continúa en ropa interior, por no decir desnudo, incluso mudo. Ni una denuncia, ni ha llamado a consultas a los embajadores en ambos países.
España, ante África, nunca ha sabido defenderse ni defender territorios dejando de lado la gestión administrativa del imperio colonial, sino que ha esquivado la realidad al abandonar a su suerte en pleno siglo XX a países como Guinea Ecuatorial, Ifni, Sahara.
El esfuerzo no es de los diplomáticos españoles, porque las pautas son marcadas por los marroquíes, que conocen sus debilidades y las sacan a colación cada vez que negocian: el rabo entre las piernas.

ALFONSO CAMPUZANO
                
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