lunes, 9 de abril de 2018

CARTA ABIERTA A KATARINA BARLEY, ministra de Justicia alemana

La soberbia, el egoísmo, la ineducación, campean a sus anchas por los campos europeos, acompañados del buenismo, del bienquedismo, del buenrrollismo políticamente correctos – Alfonso Campuzano



El juez provinciano de Schleswig-Holstein, que desconoce totalmente la vida política española y la insidiosa violencia del Golpe de Estado civil que se ha vivido durante largos años, y que aún se vive, en la región catalana, supuestamente se ha extralimitado en sus funciones, se ha permitido el lujo de no aceptar las leyes españolas y de interpretarlas torticeramente, sin haber leído un sólo folio de una instrucción judicial que dura más de cinco meses, además de no se haber callejeado por poblaciones catalanes para emitir un juicio ponderado.
Asimismo, con su falta de respeto a la Constitución española y a las leyes emanadas de la misma, con su falta de empatía, debería explicar razonadamente por qué no ha aceptado la euroorden, que rige entre los miembros de la unidad Europea (UE), tal y como fue emitida, supuestamente mal traducida, del juez del Tribunal Supremo al que ha desprestigiado urbi et orbi, que debía haberse inhibido y entregado al rebelde Puigdemont, prófugo de la Justicia española, al que ya ha sido juzgado en Alemania, por un grado de rebelión diferente, antes de haberlo sido en España.
Como ejemplo de su doble vara de medir he aquí un enlace:
 Extracto del artículo del artículo de Francisco Sosa Wagner: "El horror de Schleswig-Holstein"

Quizás el Gobierno español debería llamar a consultas a la embajadora española en Alemania, María Victoria Morera Villuendas, porque reprochar y tachar de desafortunada su comunicación, por parte del ministro de Asuntos Exteriores, don Alfonso Dastis, da vergüenza ajena, al ser diplomáticamente insuficiente.
La UE, gracias a ciertas personas, tras su reprobable afirmación, como ministra de Justicia alemana, que no reconoce más leyes que las que su propio país, tiene un problema, es un bluff.
Se necesita más cultura, más información, más traducción.
Se recomienda aterrizar y rectificar el supuesto error jurídico.
Se aconseja no juzgar sin estar evidentemente bien informado, no obstruir ni interrumpir, sino dejar hacer a la Justicia española.

ALFONSO CAMPUZANO
           
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