jueves, 29 de julio de 2021

2º ANIVERSARIO DEL EXPEDIENTE ROYUELA

Con el miedo adherido al cuerpo se avanza hacia la heroicidad o se retrocede hacia la cobardía – Alfonso Campuzano


En 731 días, Santiago Royuela y su padre Alberto, han conseguido transmitir, mediante 463 vídeos acompañados de documentación original y escaneada, una información que ha llevado más de 25 años de investigación sobre corrupción judicial española un entramado facineroso, intrigante, oscuro, cuyo núcleo institucional estaba asentado en Barcelona y del que partía una red criminal expandida por todo el territorio español cuyos tentáculos llegaban a la Gran Logia Masónica de España, incluso a uno de los varios Servicios de Inteligencia existentes en España.

El mal llamado ‘Expediente Royuela’ es un capitulado relato escalofriante de personas infiltradas en el submundo siniestro donde utilizan una maquinaria que averigua lo suficiente para realizar acosos, amaños, asesinatos, atentados, chantajes, compra de voluntades, delitos económicos, desarticulaciones y archivos de posibles diligencias judiciales, encargos de eliminaciones físicas, enriquecimiento ilícito ingresos dinerarios en cuentas bancarias en Canadá, Galicia, Holanda, Londres, Lyon, México, Panamá, París, Suiza, Venezuela extorsiones, falsificación de documentos, informes forenses falsos, intimidaciones, pago de favores, psicoterror, seguimientos, sobornos en metálico, tráfico de armas, tráfico de drogas, etcétera.

Los cientos de acosos se realizan mediante vigilancia estrecha, a base de intervenciones telefónicas ilegales, para conocer la vida oculta amantes, cuentas bancarias, drogas, informes patrimoniales, sexualidad, de arzobispos, fiscales, forenses, funcionarios de prisiones, hijos y nietos de militares, inspectores de Hacienda, jueces, magistrados, obispos, políticos, religiosos, sacerdotes, seglares, y organismos como Cáritas, Congregaciones, Diócesis, Opus Dei, Partido Familia y Vida, etcétera. 

El expediente contiene más de 36.000 documentos originales que configuran un magno archivo posiblemente con el paso del tiempo pueda ser considerado un tesoro histórico-judicial interceptado providencialmente en un zulo de la clínica abortista del doctor Morín, cuando se había ordenado que se destruyeran, y trasladado a buen recaudo en un camión a un país extranjero. Unos manuscritos de una organización estricta, inteligente y secreta que dirigía se desconoce si actualmente continúa en activo el fiscal José María Mena Álvarez, cuya escritura ha sido analizada por peritos caligráficos de tres países europeos, además de un estudio de las huellas y de su ADN.

Los hechos criminales narrados dieron lugar a las correspondientes denuncias ante más de mil Juzgados en dos ocasiones, y con acuse de recibo, suponiendo que fueron archivadas, sin investigar, al no obtener sin respuesta. Asimismo, presentaron querellas en 2002, 2006 y 2009 en Barcelona con resultado de silencio administrativo. También denunciaron ganancias irregulares en 2004 ante Agencia Española de Administración Tributaria (A.E.A.T.). Ante la gravedad de las circunstancias descritas en los manuscritos no ha faltado el envío de dos cartas personales dirigidas al Jefe de Estado, que llegaron a su destino, pero sin obtener réplica.

Figuran detalladas más de 8.000 manipulaciones de sentencias judiciales mediante prevaricación. Miles de abortos practicados en mujeres con más de seis meses de gestación, es decir, fetos viables no deseados. Además de un Libro de Presupuestos y un Libro de Contabilidad, ambos de encargos y pactos de compensaciones económicas por cada eliminación física.

Por si fuera poco, se puntualizan 1.136 eliminaciones físicas lista parcial alfabetizada provocadas por un sicariado mediante un accidente o bien un desestabilizador cardiopulmonar muy bien confirmados y con un protocolo previamente establecido. El PSOE encargó 681 asesinatos (60%); familiares más o menos directos encargaron 398 asesinatos (35%); diversos encargaron 57 asesinatos (5%). Y todos está sin investigar. En comparación, la banda terrorista etarra asesinó a 864 personas, de las cuales 379 han sido investigados, pero no aclarados. Sin embargo, la Unión Europea en noviembre del presente año enviará una comisión de europarlamentarios a España, que fue aprobada en enero de 2020, para investigarlos.

Como colofón han sido dadas a conocer cuatro localizaciones de fosas comunes clandestinas recientes y constitucionales en Mequinenza, municipio de Zaragoza; en Vinaroz, municipio de Castellón; en Almacellas, municipio de Lérida; en San Sebastián de los Reyes, municipio de Madrid, con su listado de 48 personas asesinadas y enterradas. Unas fosas que, en su conjunto, albergan más de 300 personas asesinadas –en los papeles se denominan inquilinos– denunciadas con la duda razonable de si serán investigadas.

Hasta ahora, y transcurridos dos años desde que los videos vieron la luz, los juzgados de instrucción y la Fiscalía General del Estado permanecen mudos ante esta barbarie descontrolada que mantiene un golpe de Estado cívico-judicial al ralentí. La censura preconstitucional no ha desaparecido, sino que se ha transformado en censura constitucional.

La familia Royuela, depositaria de este archivo, ha sido sometida a varios intentos de robo y de asesinato por lo que, al verse amenazada, ha pedido amparo a los juzgados, obteniendo como respuesta incívica la denegación de auxilio. Los medios de comunicación subvencionados con dinero de los contribuyentes, tanto escritos como visuales aparte de que lo saben tienen la obligación moral de noticiar absolutamente todo, incluidas las referencias políticas con sus virtudes y sus defectos; sin embargo, están mudos a la espera de una orden que no acaba de llegar. Pero los vídeos, gracias a periodistas independientes, se están dando a conocer en las Américas y Europa.

Extraoficialmente, las instituciones españolas conocen todo el entramado criminal, pero desconocen su falta de coraje para poder desarticularlo mediante las instrucciones correspondientes sin que los coja debajo como le ocurrió a Sansón al derribar dos columnas del templo.

Es posible que un Tribunal europeo, o uno estadounidense, o quizás ambos, tengan que intervenir, ya que se delatan hechos delictivos internacionales gravísimos como son tráfico de armas y de drogas con bandas mafiosas y terroristas.


ALFONSO CAMPUZANO

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miércoles, 14 de julio de 2021

A TENOR DE LA PICARESCA

Es duro reconocer que los sistemas sanitarios, incluidos los países primermundistas, nunca están preparados para hacer frente a una pandemia – Alfonso Campuzano


Cuando una pandemia se diagnostica desconfiando, tarde y mal, utilizando falsedades y sin método académico, tratando de transmitir miedo sin saber a qué y por qué, en directo y al unísono, mediante medios de comunicación social —comprados subvencionadamente con dinero proveniente de impuestos de los contribuyentes— se desconoce el final, tal y como se desconoce el principio.

Una pandemia de la que se tienen escasos estudios anatomopatológicos de fallecidos supuestamente por coronavirus SARS-CoV-2 los supuestos deberían cerciorarse ineludiblemente mediante autopsias, porque está permitida la barbaridad médica de que ‘los informes forenses no requieran exploración presencial’, lo cual denota miedo ante el ejercicio profesional toda profesión debe estar a las duras y a las maduras, dice el refrán español, lo cual significa que, si no hay presencia, no hay exploración; si no hay exploración, no hay autopsia, si no hay autopsia, no se sabe nada de nada. Una enfermedad nueva necesita autopsias: absolutamente todas, para que la Medicina avance.

Una pandemia cuyo diagnóstico se basa, y se está basando, en una prueba denominada P.C.R.que se utiliza para múltiples estudios, que diagnostica cualquier mínima infección, que ignora el propio diagnosticado, sin manifestación clínica, de ahí un término novedoso: asintomático, pero que ingresa como dato casuístico, y que no es tal, pero ayuda a inflar artificialmente el número, atemoriza a las personas susceptibles e hipocondríacas, que es de lo que se trata, políticamente hablando.

El caso es poner precio a una prueba diagnóstica cogida con pinzas. El caso es confinar aunque la persona esté sana, y sin síntomas, pero denominada asintomática, por si acaso, porque cuando se desconoce la causa, todo se guarda en el mismo saco para simplificar. El caso es tener el país parado, sin producir, porque lo importante no es la Sanidad, sino la ayuda que proporciona al poder político ejecutivo, mediante decretazos, convertido en autárquico sin que nadie se lo reproche, al impedir trabajar al poder político legislativo, secuestrando al Congreso y al Senado. Vamos, un golpe de Estado a cámara lenta.

Y los ciudadanos ingresados en planta, o en la UCI/UVI, gracias a una supuesta valoración no determinada al ciento por ciento. Durante los primeros meses del año 2020 ciertamente las personas fallecidas tenían una edad en la que cualquier factor externo o interno se transformaba en causa, por la habitual de cada año, pero unánimemente se decidió el diagnóstico pandémico con el beneficio hospitalario de una gratificación —aparte del presupuesto hospitalario anual—, si los pacientes urgentes e ingresados tenían la filiación que merecía la pena cobrar, dada la golfería española que desde ‘La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades’ se practicaba, se practica y se seguirá practicando; nada más hay que observar, desde hace más de cuarenta años, el patrimonio personal de los políticos. En unos países más que en otros. Los gobiernos no se muerden ni se tocan entre sí, por precaución. No es cuestión de perder algo ganado cuando se dan tales facilidades. Y sin discusión posible, porque la Medicina recibe órdenes de la Política.

La pandemia, dirigida por políticos, en lugar de profesionales de la Medicina ha socavado los cimientos humanitarios de la relación médico-paciente al imponer la consulta telefónica sin el obligado cara a cara con el resultado espeluznante de error tras error en los diagnósticos, pero salvados gracias el diagnóstico político: todo Covid, y a reclamar, según el B.O.E.

El alcance real de la pandemia es posible que no se sepa nunca, al menos en varias generaciones, pues hay demasiados intereses políticos en juego. Además, ha quedado mostrado y demostrado que el sistema sanitario no parece estar preparado. Dudas y controversias desde el inicio entre mascarillas, respiradores, vacunas con o sin consentimiento, certificados digitales, liberalización de patentes. ¿Para cuándo un Congreso Mundial que trate de unificar criterios médicos, y nunca jamás políticos?

En 571 días, la pandemia por coronavirus SARS-CoV-2 se ha cobrado 4.066.861 fallecimientos transmitidos en vivo y en directo. Sin embargo, en 195 días del presente año (14 de julio de 2021) los fallecimientos sin visibilidad pandémica, y sin interés, son: 22.706.011 de abortos; 6.913.691 enfermedades infecciosas; 4.373.978 por cáncer, que no se han hecho eco los medios de comunicación social. Estas cifras aumentan cada tres segundos.

Los virus y las vacunas han ayudado a evolucionar al ser humano. La naturaleza es tan sabia que solamente tolera a los supervivientes y a los adaptados. Con o sin vacuna, todo el mundo con mascarilla, ¿hasta cuándo? Hasta que la política del Gobierno decrete.


ALFONSO CAMPUZANO

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