Si la naturaleza del planeta azul ha mostrado, y demostrado, que puede valerse por sí misma, pese a sus habitantes, durante cuatro mil millones de años, significa que lo seguirá haciendo por otros tantos, y sin preocupación alguna – Alfonso Campuzano
No todos los científicos están de acuerdo, no lo tienen nada claro, incluso los que pronostican una catástrofe climática, porque predecir el clima de un futuro más o menos remoto, con previsión de relojero, puede verse incumplido, como ha ocurrido recientemente, a la vista está, porque creer que los modelos climáticos aciertan más de una semana es asumir franca inocencia. Así que, ¿cómo se puede tratar de hacer creer lo que el clima acarreará dentro de veinte o treinta años?
Nada es perenne en el planeta azul. Todo es transitorio, de ahí que los geólogos, paleontólogos, clasifiquen sus descubrimientos por medio de edades/periodos donde la orografía de la corteza terrestre es cambiante, tal y como la conocemos. La adaptación es un grado con el que sí es posible ajustarse, pensando en las múltiples causas generadoras de cada uno de los cambios climáticos que han sucedido desde la noche de los tiempos.
La ciencia no es uniforme, de manera que discrepa entre lo positivo y lo negativo, entre la aclamación y la censura, y con polémica. Actualmente, la publicidad del calor manda sobre la del frío, por ahora. Veremos cómo se desarrolla la partida de ajedrez. Nada es fácil, y menos entender lo que se quiere hacer creer como global cuando todo terminará siendo territorial, como siempre ha sido.
Si el planeta azul existe desde hace cuatro mil quinientos millones de años y, según algunos, ha habido cinco extinciones masivas de especies –entre el 76 y el 96%–, o quizá seis, según otros, habría que pensar que también pudo extinguirse alguna de las especies humanas ancestrales, aunque eso sea muy difícil de reconocer.
No se puede ser más natural que la propia naturaleza ni tomar su delantera, porque hay que admitir que ella decide cuándo, cómo, por qué, guste o no guste, porque quienes pretendan dar lecciones de cambio climático y calentamiento global terminarán por recibirlas, como así ha sido después de cuatro mil quinientos millones de años con sus largas Eras de Glaciación y de Interglaciación.
Actualmente el planeta azul, y desde hace muchísimo tiempo, vive y disfruta de un periodo interglaciar, que le corresponde. Lo ideal sería que no se intentara manipular el medioambiente con lo que se adelantarían los acontecimientos de los que nos arrepentiríamos.
Si uno se olvida, aunque no se haya vivido con la carcasa actual, que las más altas montañas estuvieron sumergidas en épocas anteriores, significa que tiene que reciclarse.
La adaptación es vida, de manera que conviene tener cuidado con el cambio climático, que auguran, no vaya a ser que nos coja desnudos. El planeta tiene futuro, tanto como ha tenido hasta ahora, simplemente porque sabe defenderse. Así que menos alarmismos, que a pocos favorecen.
No obstante, cuando el planeta azul se vea indefenso invertirá el clima, porque tras una explosión de calor sobreviene, vía natural, una implosión de frío. La naturaleza se basta sí misma, otra cosa es creer que los humanos, tan soberbios, la ayudan.
Ya decía Aristóteles que la naturaleza nunca hace nada sin motivo, y al tiempo que lo hará.
ALFONSO CAMPUZANO