La adaptación, en todos los órdenes de la vida que rigen este planeta azul, es fundamental para sobrevivir a cualquier cambio – Alfonso Campuzano
Teniendo como fundamento que el planeta azul mantiene un bucle climático ininterrumpido desde hace 4.500 millones de años –léase, desde el principio de su existencia, y posiblemente sabe que va a vivir otros tantos–, con sus periodos glaciares en alternancia con los interglaciares, deberíamos felicitarnos por estar disfrutando de que la aumente la temperatura.
No se trata de negar el evidente cambio ambiental, que lo ha sido desde siempre, aunque se dicen muchas tontadas, supuestamente inexactas, aprovechando que las noticias se transmiten inmediatamente dentro del itinerario elegido por tendencia despótica ecologista.
Y ciertos seres, que se creen dioses, intentan salvarlo, pero ¿de qué? Él seguirá salvándose solito, porque por cada acción humana se adapta para sobrevivir; todo lo contrario que los seres humanos, que desconocen todo sobre la naturaleza.
Se habla de controlar el clima, pero ¿quién se atreve a controlar el clima, y con qué medios? Por una parte, hay demasiados protagonistas en busca de publicidad. Por otra, existen bastantes proyectos, que tienen que demostrar su efectividad para que se vean las soluciones. Pura charlatanería. Ya lo dice Robert Laughlin: ‘No tenemos poder para controlar el clima.’
El clima, como todo lo que tiene una existencia en este planeta azul, es dinámico, variable, y nunca estable, lo mismo que la temperatura, que nunca jamás ha sido uniforme, sino que ha tenido altibajos. La estabilidad climática en el planeta azul, de la que hablan algunos ignaros, jamás ha existido, porque es un estado contra naturam.
En lugar de meter tanto miedo sería más lógico entender que todo, absolutamente todo, es cíclico, y cada época tiene el suyo, sobre todo cuando uno se entera que lo vivido actualmente ya fue vivido hace millones de años. ¿Y qué pasó? Pues que la vida continúa. Por tanto, todo lo que se refiere al clima son elucubraciones, más o menos interesadas, cuando realmente se desconoce qué límite de resistencia tiene el planeta azul al aumentar la temperatura.
Sin embargo, no parece que este periodo guste mucho, porque se han levantado voces catastróficas de histeria colectiva en su contra, tratando de revertir artificialmente la llamada crisis climática, sobre todo manipular y trastocar la armonía climática, y desconociendo su ritmo y sus dramáticas consecuencias en caso de remar en contra de las leyes del Universo, de manera que la Naturaleza se vengará adelantando la siguiente glaciación, porque después del calentamiento, sobrevendrá el enfriamiento, quizás antes de tiempo, por querer cambiar la ruta trazada por ella.
Es materialmente imposible medir la temperatura global de la tierra y del mar en todo el planeta azul, de manera que, las variaciones meteorológicas territoriales no se pueden considerar un calentamiento global como se pretende. Y cuando se hace un pronóstico en investigación debe estar avalado por un estudio de laboratorio a doble ciego.
Es un gravísimo error hacer caso de los embaucadores climáticos con sus predicciones siniestras cuando la medición de temperaturas para confeccionar las estadísticas actuales tienen tan sólo una vida de cien años, es decir, la premisa en la que se basa el sensacionalismo actual es falsa.